Cuando quise acordar estaba en esa situacion de trio.
Si bien ya lo habiamos fantaseado algna vez, creo que no estabamos preparados. Al menos yo no estaba preparado.
El se veia seguro. Estoy seguro que verme tan temeroso le daba seguridad a el.
El otro pibe no entendia nada.
Nos conocimos hace poco mas de dos años.
Lo que nos unio en un principio fue la marihuana, las charlas filosoficas, bizarras y sin sentido, la noche y el Fotolog.
Pero enseguida vino lo otro, contencion, cariño, consejos elaborados y frases sinceras. Aprendimos a tolerar defectos y a disfrutar virtudes.
Siempre tuvimos claro que no nos encontramos de casualidad. Tenia que pasar.
El otro pibe se fue y empezaba otra escena. Ese apartamento casi sin muebles nos enfrentaba cara a cara y sin escapatoria nos obligaba a evaluar lo que habia pasado minutos antes.
Coincidimos.
Fue un bochorno y habia que revertir esa situacion.
La primera vez que senti que era mi mejor amigo se lo dije. Asi como tambien le confese que ya no iba a poder vivir sin el.
El tambien me lo dijo, de otras maneras. Personalidades diferentes. Pero el pacto estaba cerrado.
Cojimos. Cojimos como que lo hubiesemos esperado siempre.
Ya no estaba el otro pibe sin cara. Eramos el y yo. Como siempre tenia que haber sido.
Era obvio que no necesitabamos a nadie mas.
No podia mirarlo a los ojos.
Sentia una especie de culpa. Yo habia dado el punta pie inicial para terminar asi.
La mañana siguiente fue normal. Como cualquiera de los tantos dias que amanecimos juntos.
Mi cara decia haber olvidado todo.
Fuimos a desayunar juntos para demostrarnos mutuamente que no estabamos incomodos con lo que habia pasado.
Pero apenas me subi al omnibus para irme, me retorci por dentro y me confese a mi mismo lo confundido que estaba.
Enseguida empece a justificar lo perfecto de la cuestion, con palabras de amistad. Logre convencerme.
Llegue a mi casa convencido de que nada habia cambiado, que era solamente una anecdota mas de la enorme lista de anecdotas en comun.
Esa tarde no paramos de mandarnos mensajes de texto.
El afan por mostrar naturalidad era demasiado evidente. Tanto, que se habia transformado en la primer consecuencia.
La primera vez que lo senti mi amigo, fue cuando me hizo entender que no hay que perder tiempo en intentar superar. Que todo lo que nos pasa en la vida es parte de un aprendizaje. Y que al contrario de superar, lo que hay que hacer es aceptar, aprender a convivir con los recuerdos y saber que forman parte de un aprendizaje.
Ese dia los dos pretendiamos superar.
Tengo algunas fotos mentales de esa noche.
Son pocas. Me costaba mantener los ojos abiertos. Me costaba verme desnudo delante de el. Arriba de el. Abajo de el.
Besandolo.
Los dias pasaban y yo seguia pasando esas pocas fotos para atras y para adelante.
Seguia recordando y teniendo imponentes erecciones en cualquier momento y en cualquier lugar.
Me sentia un mal amigo.
La culpa. El trabajo de mis educadores Salesianos estaba tan bien hecho que ni siquiera mis años de terapia podian con el.
No sabia lo que queria. No sabia tampoco que era lo que queria el. Ni siquiera sabia si queria algo.
Pero ahi me acorde que ni cuando nos conocimos, ni cuando nos hicimos amigos, habia un plan.
Tampoco podia leer su mente ni suponer lo que el sentia.
No aguante mas y me invite a dormir a su casa.
El entendio todo y estoy seguro que lo estaba esperando.
